Al término del partido de ayer, Guardiola afirmó que “Messi es el mejor y con eso está dicho todo”. Es cierto y sus números, argumento al que siempre se recurre en estos casos, el dan la razón al técnico del Barcelona. 31 goles en 37 partidos. Eso este año. De Messi no recuerdo una mala temporada. Sí de su equipo, pero el argentino nunca llegó a contagiarse del estado depresivo de sus compañeros.
Este año es la principal referencia del ataque culé gracias a que ya no está Etoo y que Ibra se apga cada día más. Marca goles de todo tipo. De los que salvan al equipo como contra el Almería. De los que sirven para ganar a rivales contestones como el Málaga en el Camp Nou. De falta. Y sus favoritos. Esos que arranca en banda, encara, se va hacia el centro, dribla, se va de uno de dos de tres de los que sean y al final….coloca la pelotita justo donde el portero por un pelo no llega.
Por fin se puede decir que hay un digno sucesor de Maradona. Ese es Leo. Que no vino de Boca ni de River con esa vitola de crack que se le presume a cualquier argentino que aterriza en Europa aunque sea un central tuerce botas. A su edad ya ha conseguido más que el pelusa. Es un ejemplo como profesional y como persona, algo de lo que no puede presumir Maradona.
Lo único de lo que no puede sacar pecho el delantero argentino es de su papel dentro de la selección argentina. En el combinado ambiceleste su papel es totalmente intranscendente lo cual enoja sobremanera a sus compatriotas que no entienden como Leo, hace partidos increíbles en Barcelona y tan mediocres con Argentina.
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