Tras las expulsiones de Cristiano Ronaldo ante el Almería y el Málaga todo le mundo se preguntaba si el extremo protugúés era agresivo, chulo y provocador.
A decir verdad, cuando fichó este verano por el Real Madrid, nadie dijo ni mostró imágenes del portugués en actitud violenta o simplemente viendo una roja. Se sabía que era chulo pero nadie citó expulsión alguna.
En España parece que todo ha cambiado. Su carácter ganador, su combatividad y su espectacular físico le permiten ir al límite y llegar a balones reservado para unos pocos. Por eso, junto con Messi, es el mejor del mundo. Algo que levanta envidia y rabia a su alrededor.
En valladolid se vio claramente que quien provocaba no era Cristiano. Desde el comienzo de la semana los jugadores del Valladolid se encargaron de calentar el ambiente. Marcos, el lateral izquierdo y capitán del equipo afirmó que darían patadas y partirían cabezas...Fue comenzar el partido y observar que efectivamente, el equipo pucelano sólo iba a dar patadas. Todas ellas a un hombre. Todas ellas a Cristiano Ronaldo. Recibió una tras otra. Finalmente, Nivaldo zancadilleó al protugués y aprovechó para pisotear cobardemente su pierna. El madridista no aguantó más y viendo la incompetencia de Mejuto Gonzalez, decidió tomarse la justicia por su mano: se encaró con algún jugador pucelano, estuvo a punto de soltar el brazo.
Para colmo hay que aguantar que salga Onésimo en sala de prensa y ataque la actitud de Cristiano Ronaldo. Como dijo Pellegrini, si quieren permanecer ese no es el camino. Que se dediquen a jugar al fútbol y no a repartir patadas.
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